Los sarcófagos que ven en el ábside del Evangelio pertenecieron en su mayoría a la familia Téllez de Meneses, fundadora del Monasterio.
Esta no es su ubicación original, ya que estaban dentro de la Capilla de Santa Inés, que fue construida como lugar de enterramiento y panteón privado de la familia Téllez de Meneses, así como en alguno de los arcosolios que se encuentran en el templo.
Estos sepulcros pertenecen a un tipo específico de la escultura funeraria medieval. Normalmente están elevados del suelo con tallas de animales fantásticos o con cabeza de león (se puede ver una muestra de esta cabeza en el altar mayor, bajo la piedra fundacional).
Este tipo de sepulcros son muy comunes en familias nobles de mediados del siglo XIII e inicios del siglo XIV, con la escultura yaciente del difunto en la tapa y escenas del enterramiento en las caras laterales.
Tres de los sepulcros mejor conservados se encuentran actualmente en el Museo Catedralicio de Valladolid.