La fuente en los monasterios cistercienses era un elemento necesario. Además de las posibles que hubieran existido en los claustros, la fuente de la sacristía era un elemento muy común, casi obligatorio, en todas las abadías císter.
Esta que vemos, es original del siglo XIII, no sin modificaciones posteriores. Tras la reforma del monasterio de la nave central, así como el añadido de la «chirola» y otras reformas estéticas, se modificó la apariencia de esta fuente.
Consta de un frontón triangular rematado con cornisa. En el centro del frontón hay una circunferencia añadida. Este conjunto es muy similar a que se encuentra sobre la puerta de acceso al templo construida en el siglo XVI (puerta que cuenta con una verja junto a la puerta actual de acceso).