La capilla de Santa Inés fue mandada construir por Alfonso Téllez de Meneses como lugar de enterramiento y panteón privado para su familia.
Alfonso Téllez, como comentamos anteriormente, fue fundador del Monasterio de Palazuelos donando los terrenos y financiando parte de su construcción.
Aunque en inicio la orden cisterciense se opuso a que se realizaran enterramientos laicos dentro de sus dependencias, desde mediados del siglo XII la orden fue cediendo debido a la alta demanda de los nobles.
Era algo habitual en la época altomedieval, que los nobles solicitaran enterrarse en terreno religioso, patrocinando la construcción de monasterios, obteniendo el beneficio inherente de toda buena acción a los ojos de Dios, a la hora de ganarse la salvación.
Los sarcófagos que actualmente se encuentran en el ábside del Evangelio, se encontraban en esta capilla. Tras las tareas de excavación, se decidió dejarlos en la zona del ábside para su conservación.
Esta capilla fue durante unos años utilizada como cárcel del Monasterio. De hecho, en la pared de la derecha, junto a la pequeña hornacina al lado del altar, aún se pueden ver inscripciones de algunos monjes que fueron encarcelados temporalmente en esta capilla.